‘Riu Sec’ y el vínculo de los gitanos isleños con Dalt Vila
Antonio Muñoz, compositor y guitarrista ibicenco de flamenco, que ya nos asombró hace pocas semanas con el videoclip de su canción ‘Mar de invierno’, rodado en la orilla de la playa de s’Aigua Blanca, acaba de publicar otro impactante trabajo audiovisual en el que presenta su canción ‘Riu Sec’.
Este tema es uno de los más destacados de su nuevo álbum, Mar de invierno, publicado a primeros de marzo. Su letra y estructura juega al mestizaje entre lo gitano y lo ibicenco, arrancando con la guitarra flamenca, el violín del maestro cubano Ramsés Puente y esa melodía que los niños isleños cantaban de pequeños, llamada ‘Sol, solet’, entonada suavemente por Sandra Zarcos y Azahara Muñoz, esposa e hija de Antonio, acompañadas de coros, en un arranque que luego evoluciona a puro flamenco.
La canción trae ecos de la infancia de Antonio, cuando la familia Muñoz se repartía entre las calles de la Marina, donde estaba su hogar, y las de Dalt Vila, cuyos rincones y plazas representaban su campo de juegos. “De niño yo salía de casa con la guitarra a cuestas, subía a Dalt Vila y me sentaba en un banco a practicar mientras mis amigos jugaban al fútbol. Por eso, he querido rodar en la ciudad amurallada; para expresar ese sentimiento del gitano isleño, con raíces en el barrio histórico. Por el vídeo desfila una gran familia de gitanos, la mía, que ha salido de ahí y acompaña a las palmas, cantando, bailando y demostrando esa alegría tan nuestra, que impregna las calles”, explica. Y como guía en ese tránsito, su sobrina Elia Muñoz, que desfila vestida de Adlib por los rincones más bonitos de la ciudadela, con un girasol en la mano, invocando al ‘Sol solet’ entre las sombras que proyectan los muros pétreos de la Catedral, el castillo y los palacios de Dalt Vila.
La producción audiovisual ha corrido a cargo de Horsework Studio, con el apoyo de Ibiza Drone Works, mientras que la masterización musical tuvo lugar en el estudio Musigrama de Madrid, dirigido por Paco Ortega, que ha trabajado con artistas como Camarón de la Isla, Niña Pastori, Mónica Molina, Pata Negra, El Cigala, Estrella Morente, José Mercé o Augusto Algueró, entre muchos otros.

Antonio Muñoz (S’Aigua Blanca). Foto: Joan F. Ribas
El disco Mar de invierno consta de siete canciones, todas compuestas por el propio Muñoz, y se grabó en la isla, en el estudio del artista, en el barrio de Can Misses, con la participación de Sandra Zarcos (voz), Azahara Muñoz (voz), Gerard Guse (guitarra), Geovanni Pérez (bajo), Fernando Lamadrid (bajo), Ángel García ‘Wayabo’ (saxo), Luis Amador ‘Pata Negra’ (percusión), Pedro García ‘Brekon’ (percusión), Néstor Morales (percusión), Ramsés Puente (Violín) y Omar Guzmán (teclados). Una fusión, en definitiva, de músicos latinos y flamencos.
“Cada uno de los siete temas que componen Mar de invierno contiene una historia relacionada con mi vida en la isla. La propia canción que da título al álbum surgió estando en la playa, en invierno, que es nuestro momento, el de los ibicencos, cuando sentimos de verdad que la isla es nuestra. No como en temporada, cuando está todo lleno y a menudo parece que nos están echando”, declaró Muñoz a Sant Josep és Música, coincidiendo con la publicación del álbum.
Antonio Muñoz fue concebido en Ibiza, aunque nació en Barcelona de casualidad, en 1976, regresando a la isla siendo un bebé y permaneciendo en ella toda su vida. “Mi inspiración con la música proviene del mar, del olor a sal y de las calles de Dalt Vila y la Marina”, explica. Criado entre músicos y artistas del flamenco, comenzó su aprendizaje a los ocho años. A los 16, ya tocaba en los principales escenarios de la isla, pasando por los más importantes (Blue Marlin, Villa Mercedes, Las Dalias, Hotel Hacienda, Teatro Pereyra, Pachá, Destino, Hard Rock, Privilege…). Desde hace algunos años desarrolla la marca Ibiza Flamenco Events, con la que ofrece espectáculos prácticamente a diario durante toda la temporada turística.
Con su música ha viajado por muchos lugares del mundo, participando en conciertos en países tan variopintos como la India, Marruecos, Alemania u Holanda, donde ha compartido experiencias con diferentes artistas. Además de profundizar en el flamenco tradicional, investiga y fusiona estas raíces con otras músicas, como el jazz, el blues, la bossa nova y la música electrónica.