Crónica, fotos y vídeos de la Festa ‘Sant Josep es Música’: la que se lió en Caló de s’Oli
No fue una fiesta sino un fiestón. ‘Sant Josep és Música’ y el ‘III Rock Island Festival’, organizados por el Ayuntamiento de Sant Josep y la Asociación Cultural Great River Road, convocaron a una multitud el pasado fin de semana, a pesar del vendaval que a primeras horas de la mañana del sábado amenazaba con tumbar el evento. Finalmente, aún con algo de viento, los conciertos comenzaron y solo se vieron afectados algunos puestos del mercadillo de artesanos. Los grupos subieron al escenario y pudieron actuar con un sonido potente y cristalino, que puso a bailar a tal vez dos mil personas a lo largo del fin de semana, aunque nadie sabe a ciencia cierta la cantidad. El recinto exterior del auditorio Caló de s’Oli, en todo caso, estuvo abarrotado por momentos.
A primera hora de la mañana, las pruebas de sonido tuvieron que retrasarse hora y media debido al mistral, que golpeaba el escenario por la retaguardia, desde el mar, y se colaba por los micros. Poco a poco, fue amainando y cambiando de dirección y a las 11,30 horas se comenzó a probar. El técnico de sonido, Pep Prats Beneton, aceleró el ritmo y solo se produjo un retraso de media hora al inicio de los conciertos, tiempo que se fue recuperando a lo largo de la jornada. Para ese momento, ya estaba todo montado, incluido hasta el último detalle del equipo de sonido e iluminación de MP Music Eivissa, que sonó increíble, y los puestos de vinilos llegados de Mallorca, que tuvieron un retraso de tres horas en el ferri a causa del mal tiempo.
Había nueve caravanas de comida callejera de calidad, organizadas eficazmente por Gerard y Jorgelina de la empresa Fun & Trucks, que trabajaron sin descanso durante todo el día, y varios puestos de artesanos, que se incrementaron el domingo cuando amainó el vendaval. Entre el público, rockeros de toda ralea, pero también familias con niños y un par de docenas de desplazados de la península especialmente para la ocasión. Se ocupó de llenar de música hasta el último recoveco de Caló de s’Oli el dj Ric Jazzbo, que impuso el ritmo contundente que acabaría marcando todo el festival, tanto antes de los conciertos como en las pausas entre los grupos. Un trabajo muy fino el de Ric Jazzbo.
El programa de conciertos del III Rock Island Festival, plato fuerte de la fiesta, comenzó con el grupo ibicenco Vudu Delta, que sonó sobre el escenario como si llevaran treinta años tocando juntos, con arreglos musicales muy trabajados y un sonido espectacular. Vudu Delta es, de entre las bandas recientes que han surgido en Ibiza, una de las que más han rodado por los escenarios de la isla y parte de la música americana de raíces, con canciones que oscilan entre el blues, el rock, el soul y el folk. Temas cocinados por ellos mismos, que además interpretan en español. José David Cruz (voz y guitarra), Sophie Princic Bell (coros), Adrián Nievas (guitarra), Luis Iglesias (bajo) y Carlos Lemmi (batería) se salieron sobre el escenario. La banda se encuentra a punto de lanzar al mercado su primer disco, así que los aficionados al buen rock and roll de la isla ya andan ansiosos.
Tras este primer asalto, que inyectó calor al público en la fría tarde a pesar del sol, le llegó el turno a Fat Gumbo Bradley, el trío ibicenco de swamp blues que hizo lo que mejor sabe: disfrutar como enanos sobre el escenario, dejarse litros de sudor y contagiar su entrega y entusiasmo al público, que se lanzó a la pista empujado por su alegría. El impresionante escenario de Caló de s’Òli, con las olas estrellándose contra las rocas de la orilla como telón de fondo, voló durante hora y media a los pantanos de Lousiana y Nueva Orleans, a través de temas calientes, rítmicos y bailables de Tab Benoit, Buddy Guy, Dr. John… Sus tres componentes, en definitiva, son un valor seguro para subir la temperatura a una fiesta: Soulman Sal (voz y guitarra), David Mascaró (bajo) y Jordi Juan (batería). Extraordinarios los tres.
Cerraron el programa de conciertos de la primera jornada los alicantinos The Empty Bottles, con una actuación de potente rock sureño, con el que han triunfado por escenarios de todo el país, incluida una sesión en Can Jordi que todavía permanece en la retina de quienes tuvieron la oportunidad de disfrutarla hace algunos años. Su espectáculo, rotundo y cañero, con temas propios y versiones de grupos míticos de los 60, 70 y posteriores, estuvo salpicado de blues, country y soul. Reminiscencias de The Allman Brothers, Grateful Dead, The Black Crowes, Little Feat… El quinteto lo formaron Toni Miles (voz), Pepe Delgado (guitarra), John Arias (batería), Juanjo Domenech (bajo) y Bruno Gallego (teclados). Además, en la zona de merchandising pudieron adquirirse vinilos de su LP ‘Navajo Motel’ (2012) y cd’s de ‘Love, Peace & Chicken Grease’ (2016). Los Empty Bottles, en definitiva, fueron pura fiesta.
La jornada concluyó con la proyección de la película ‘Janis: Little Girl Blue’, de Amy Berg (2015), en el auditorio interior de Caló de s’Oli.
Segunda jornada: The Bo Derek’s revientan el escenario
El domingo, aún con algo de viento y frío, la jornada arrancó con mucho ambiente y llenazo desde el primer concierto. Los aficionados a los vinilos se llevaron un buen surtido desde primeras horas, enseguida se formaron colas frente a los puestos de pizzas, perritos y otras platos, y los artesanos tuvieron un día intenso de trabajo.
Desde el primer tema, Betterman DJ inyectó frenesí al público con altas dosis de soul y rock and roll. Lo clavó con su selección. Los primeros en subirse al escenario fueron la banda Rels, que también ofreció un espectáculo magnífico, demostrando que son una de las bandas más preparadas y profesionales de Ibiza. Arrancaron con ‘Sa rosa des desert’, su último single, y continuaron con todo su repertorio de temas propios, añadiendo alguna versión que sorprendió enormemente al público, como el ‘Nothing Else Matters’ de Metallica, con el violín sustituyendo a la voz de James Hetfield. Sin duda, la poderosa instrumentación, con cuatro musicazos sobre el escenario, es una de las características que definen la calidad de Rels. También sus canciones, cantadas en ibicenco, que emocionaron al público local. Se subieron al escenario Sergi Tur Herrerias (voz y guitarra), Santi Boned Bufí (violín), Sara Arribas (bajo) y Dani Marín Cano (batería). Bravo por ellos.
Tras Rels, le llegó el turno a la segunda banda llegada de fuera de la isla para la ocasión, los onubenses Rusty River, que ofrecieron un potente rock sureño y que, en las palabras reiteradas de su cantante, estaban encantados de actuar en Ibiza por primera vez. Al sexteto le falló el teclista, Pablo Vázquez, que no pudo viajar en el último momento por dar positivo en covid. Sus compañeros, sin embargo, hicieron que su ausencia no se notara en exceso. Su nombre, Rusty River, significa “río oxidado” y alude al color del Río Tinto junto al que se han criado. Su rock, sin embargo, no está oxidado sino todo lo contrario. Quedó caracterizado por sus riffs de guitarra y una colección de temas propios que se inspiran en Led Zeppelin y The Black Crowes. Actuaron Manuel Vázquez (voz), Israel Riobó (guitarra), Roberto Cereceda (guitarra), Álvaro Jiménez (bajo) y Miguel Calero (batería).
The Bo Derek’s, los últimos en actuar, demostraron que por algo lo mejor debe dejarse para el final. Solo son tres pero la que armaron. Los gallegos desataron una suerte de locura colectiva, con buena parte del público bailando y saltando, acabando sobre el escenario con los músicos en un tema, y con éstos bajando a su vez a la pista hasta acabar rodando por el suelo sin dejar de tocar. Pocos conciertos se ven hoy en día que se traduzcan en semejante vendaval. Los Bo Derek’s fueron una apisonadora y demostraron que esa famosa frase que afirma que el rock and roll no solo es música, sino también actitud, no contiene palabras huecas.
El cantante y guitarrista, Óscar Avendaño, también bajista de Siniestro Total y líder del grupo Oscar Avendaño & Reposado, recordó en ocasiones a Lee Brilleaux, el histórico vocalista de Dr. Feelgood, especialmente en el tema que dedicaron a esta banda. Asimismo, Jorge Lorre, el bajista, se mueve como una peonza sobre el escenario y contagia su entusiasmo al público desde el minuto cero. Y el percusionista, su hermano Rufus el Guarro, es como ver a Atila tocar la batería; especialmente al principio, cuando atizó los tambores con unas maracas. Los tres en definitiva son un espectáculo y una de las mejores bandas nacionales de “old school rock and roll”, que es como ellos mismos definen su música. También pusieron a la venta ejemplares en cd de su primer álbum ‘10’ y vinilos del más reciente, que lleva un título acorde a nuestros tiempos: ‘Inféctame Baby!’, así como camisetas. Voló prácticamente todo.
Su actuación fue lo mejor y lo peor del festival. Lo mejor, por cómo elevaron a la estratosfera la temperatura de la fiesta. Lo peor, porque a ver cómo supera esto la organización en las próximas ediciones. ¿Tal vez repitiendo? El público, sin duda, estaría encantado.
Tras la proyección de la película documental musical ‘Joy Division’, de Grant Gee (2007), la Festa Sant Josep és Música terminó en Caló de s’Oli, aunque siguió en el cercano Johnny’s Bar, donde la organización y todas las bandas, salvo The Empty Bottles, que tuvieron que regresar por la tarde a Alicante, compartieron cena y un precioso e intimista concierto acústico de Ferran Nogués, que presentó e interpretó canción por canción su disco ‘Can Cala Sessions’, con la colaboración de Marga Lee y Soulman Sal, que también participaron en este trabajo. Aderezó el concierto, además, con algunas de sus versiones de blues y folk más celebradas, acompañado también de Sílvia San.
Esa cena, precisamente, resume lo mejor del festival: el encuentro de distintos músicos, que no solo actuaron sino que compartieron vivencias durante dos días completos. Una fiesta musical, en definitiva, de las que no se olvidan fácilmente.
Hay que reiterar las gracias, además de a todas las bandas, a Pep Prats por el magnífico sonido y a MP Music Eivissa por aportar un equipo de primera y con añadidos inesperados en las luces que corrieron de su cuenta y contribuyeron a mejorar sustancialmente la estética y atmósfera del escenario. Y a todos los colaboradores, gratitud eterna: Fun and Trucks, Can Jordi Blues Station, Asociación Retro, Ibiza 5 Sentidos, Joan F. Ribas Estudio de Fotografía, Pinturas Real y Colores de Bes.
¡Hasta 2023!