La noche en que Larry Campbell y Teresa Williams nos dejaron sin aliento
Ayer al atardecer, una representación muy amplia de la comunidad de músicos ibicencos se concentró, con emoción y expectativas de vivir un acontecimiento histórico, en el recinto exterior del Auditorio Caló de s’Oli, en el marco del Sol Post a s’Oli Fest que impulsa el Ayuntamiento de Sant Josep. Tal vez fuera la noche en que más artistas locales del rock, el folk y el blues se encontraron en un mismo lugar.
Al escenario iba a subir una leyenda de la guitarra como Larry Campbell, que acompañó a Bob Dylan durante casi una década, y a otros artistas excepcionales como Levon Helm, Paul Simon, B. B. King, Keith Richards, The Black Crowes, Willie Nelson, Sheryl Crow o Little Feat. Se sumarían a él su esposa y también guitarrista y cantante Teresa Williams, con un currículum artístico casi igual de largo, al ejercer durante décadas como corista de figuras como Mavis Staples, Emmylou Harris, Hot Tuna, Jackson Browne, Phil Lesh o Bob Weir, y dos músicos igualmente excepcionales en la base rítmica: el bajista Brandon Morrison y el batería Justin Guip.
Los primeros que llegaron a Cala de Bou cuando aún se estaban realizando las pruebas de sonido (concluyeron una hora antes del concierto porque los artistas aterrizaron esa misma tarde en Ibiza), enseguida se percataron de que, efectivamente, se avecinaba algo extraordinario. Campbell probó una Fender Telecaster eléctrica de color encarnado, Made in Japan, propiedad de la cantante Montse Llaras; una preciosa acústica Guild que pertenece al bluesman británico Albert Cooper y que Miquel Prats, el organizador del concierto junto al Ayuntamiento de Sant Josep, le custodia hasta su próxima visita a la isla, así como una mandolina y un violín que Campbell se trajo consigo. La mandolina se la iría alternando con la propia Teresa Williams, que, como él, domina varios instrumentos.
Brandon Morrison ajustó el sonido del Fender Precission Bass, desgastado y vintage, que Dennis Herman saca al escenario en las ocasiones especiales, y Justin Guip usó una batería DW (Drum Workshop) de purpurina dorada, propiedad de MP Music, la empresa de Miquel Prats que se ocupó del sonido y la iluminación, con Pep Prats ‘Beneton’ como técnico. Por supuesto, también probaron las voces, parte esencial de su espectáculo de folk americano, con todos los subgéneros principales, que ofrecería la banda hipnotizando al público, incluido aquel que se acercó a la orilla de Caló de s’Oli atraído por el aura de épica musical que envuelve a Larry Campbell y Teresa Williams, pero que no los habían escuchado jamás. Las de ambos protagonizarían el recital, pero también acabaría destacando la del bajista Morrison, lo que demuestra que, en Estados Unidos, los músicos más grandes no solo son virtuosos de su instrumento, sino que también cuidan, educan y manejan la voz para enriquecer grabaciones, repertorios y directos.
El concierto se inició con un último halo de luz en el horizonte crepuscular de la bahía. Campbell de negro riguroso (camisa, tejanos y botas camperas), con su melena plateada, se aferró a la Telecaster burdeos, y Williams, con un top rosa de flecos, tirando únicamente de voz. Los dos solos arrancaron con ‘Let Us Get Together’, un viejo tema de rag, con su característica melodía sincopada, obra del reverendo Gary Davis, que interpretaron al estilo de Nueva Orleans. Como si sonara en mitad del Mardi Grass. La canción, emotiva e intensa, forma parte del álbum, Live at Levon’s, que grabaron en el estudio de Levon Helm, en Woodstock (Nueva York), durante dos jornadas de 2019 y que ha visto la luz este año. Toda una declaración de principios, que ya estableció los fundamentos de un recital donde todo sonaba con una finura y una perfección extremas, sin una sola nota de más o fuera de lugar.
Del rag, ya con el resto de la banda sobre el escenario, saltaron al rhythm and blues, con pinceladas de blues del Delta, rockabilly y funk, a través de ‘Surrender to Love’, una de las canciones principales del primer álbum homónimo de la pareja, publicado en 2015, que también está incluido en el directo del estudio de Levon Helm. Continuaron con un tema clásico de country, ‘You’re Running Wild’, compuesto por The Louvin Brothers en los años 40.
Preciosa la balada siguiente, llamada sencillamente ‘I Love You’, tal y como la presentó el propio Campbell. Un tema compuesto por la cantante de Nashville (Tennessee), Julie Ann Miller, esposa y compañera de escenarios del cantante Buddy Miller, buenos amigos del clan Campbell. ‘That’s the Way You Make Me Feel’, otro tema de Campbell, volvió al terreno del folk con Teresa Williams a plena potencia de voz, sostenida por los coros de Larry y Brandon. Puso especial empeño el guitarrista en presentar ‘Darlin’ Be Home Soon’, tema compuesto en los 60 por su amigo de Greenwich Village John Sebastian, con el que aún sigue tocando de vez en cuando y que fundó el popular grupo The Lovin’ Spoonful.
Con ‘Angel of Darkness’ se alcanzó uno de los primeros momentos cumbre del concierto. Increíblemente emotivo este rock creado por Larry Campbell y su amigo Jorma Kaukonen, guitarrista y compositor de Jefferson Airplane primero y Hot Tuna después, y que es uno de los temas centrales del reciente disco de la pareja. Luego llegó ‘Caravan’, sorprendente versión del standard de jazz instrumental de Duke Ellington.
‘Midnight Highway’, otra balada sobrecogedora que Teresa Williams bordó a la voz, llevó el espectáculo a su cénit, cuando por fin interpretaron una canción de Levon Helm, ‘Poor Old Dirt Farmer’, personaje esencial en la carrera de ambos artistas. El tema forma parte de Dirt Farmer, el quinto álbum de estudio del famoso músico de The Band, producido por el propio Larry Campbell, junto a la hija de Levon, Amy Helm. Con él obtuvieron el Grammy al mejor disco de folk americano, en 2008. Dos años más tarde recibirían el segundo, mejor álbum de americana, por Electric Dirt. Fue la primera canción con Campbell al violín, que enlazó con un impresionante y prolongado solo, en el que el músico volvió a retratarse como un verdadero maestro en todos los instrumentos que toca. Le faltaron, por ejemplo, el banjo y la Pedal Steel Guitar.
‘Long Black Veil’, el clásico del country que popularizó Johnny Cash y que también versionó The Band en su primer e histórico álbum, Music From Big Pink (1968), ejerció de transición para otro instante impresionante: ‘When I Stop Loving You’, la única canción en la que Campbell llevó todo el peso vocal, compuesta por él mismo, y que volvió a conmover al público. Así llegamos al final del repertorio, con un impresionante góspel con el que Teresa Williams volvió a dejar sin aliento a los presentes: ‘Keep Your Lamp Trimmed and Burning’, también del reverendo Gary Davis, cerrando el círculo. Antes que ellos la cantaron gente tan importante como Blind Willie Johnson, Hot Tuna o, más recientemente, Derek Trucks & Susan Tedeschi. Sencillamente espectacular.
Como el público aplaudió a rabiar y solicitó un bis, la banda volvió a subir al escenario sin hacerse de rogar, dedicándole el último tema a Miquel Prats, Botja, que cuando se enteró de que hacían una gira por España movió cielo y tierra para conseguir que actuaran en la isla. La canción elegida fue un clásico del folk americano, ‘Oh, Sweet Mama’, que Bill Cox y Cliff Hobs compusieron y grabaron a dúo en los años 30, y que posteriormente Grateful Dead y el propio Levon Helm rebautizarían como ‘Deep Elem Blues’.
Tras un evento privado esta noche, mañana viajarán a Galicia, donde ofrecerán sus dos últimos conciertos por España en el Náutico de O Grove. Luego volverán a Estados Unidos, donde girarán durante meses junto al excepcional guitarrista Tommy Emmanuel.
Efectivamente, la de ayer fue una noche mágica. No solo por la calidad de las canciones y la originalidad de las versiones, sino por el feeling transmitido por todos y cada uno de los músicos. Los guitarristas presentes, quedaron impresionados por el fingerpicking de Larry Campbell, su técnica a la guitarra, usando una púa en el pulgar y descomponiendo los acordes para interpretar ritmo y melodía al mismo tiempo. Los cantantes que también estaban, con la calidad de Teresa Williams y de los coros; los percusionistas con la precisión y severa austeridad de Justin Guip, también batería de Hot Tuna, que no dio un golpe de baqueta más del que se requería, y los bajistas con la espectacular manera de tocar de Brandon Morrison y sus acompañamientos vocales. Un buen número de ellos, aún abrumados, comentaron en los corrillos después del concierto, que nunca habían visto un recital como éste en la isla. Fue maravilloso.
A continuación, una galería con más imágenes de Joan F. Ribas: