Son muchos los músicos de Ibiza y varias docenas de fuera quienes actúan con algún bajo o guitarra con la particular firma de Manolo Marín Cano: un trébol de cuatro hojas que siempre adorna el clavijero. Desde su taller, en una casa de campo de Sant Jordi, ya ha fabricado alrededor de 170 instrumentos, que destacan por su sonoridad e impactante estética. Algunos tienen formas nuevas y otros han sido realizados a imagen y semejanza de modelos clásicos, aunque personalizados por completo, a gusto del cliente.
Músicos como los guitarristas Javier Vargas u Omar Alcaide o el bajista Fernando Lamadrid las utilizan en sus conciertos. Marín Cano es completamente autodidacta y aprendió el oficio haciendo guardias en el aeropuerto, primero fabricándose su propio bajo en 2008 y ampliando poco a poco sus conocimientos, hasta dedicarse por completo al oficio. Emplea maderas nobles, especialmente cortadas para fabricar instrumentos, como arce, fresno, aliso o ébano. También restaura y repara bajos y guitarras de cualquier marca y modelo, y ha ejercido como bajista en innumerables grupos de la isla, actualmente con la banda LaCalle.