Ayer por la tarde se inauguró en Can Jordi la exposición ‘Road to Synesthesia’ con imágenes musicales de Joan F. Ribas, que es uno de los fotógrafos asiduos al establecimiento, en el que ha inmortalizado centenares de conciertos. La muestra se compone de un total de 19 imágenes, muchas de ellas tomadas en este mismo lugar y protagonizadas por músicos de la isla.

La inauguración, como la propia exhibición, fue además especialmente musical, ya que el guitarrista y cantante Soulman Sal ofreció un concierto acústico con temas de Bob Dylan, Neil Young, Jimbo Mathus y otras grandes figuras del rock americano. Como entre los numerosos asistentes había muchos músicos, el recital acabo derivando en una jam session en la que también participaron Iván Pacheco, José David Cruz y Albert Oliva, entre otros. Los asistentes, asimismo, disfrutaron de una degustación de cocas variadas, en un gran ambiente a pesar del calor.

Cabe recordar que la muestra permanecerá expuesta en el granero de Can Jordi hasta el 7 de agosto, y que puede visitarse de lunes a viernes, de 7 a 22 horas, y sábado, de 7,30 a 16.

‘Road to Synesthesia’ fue creada para una muestra antológica que permaneció expuesta todo el verano pasado en el Auditorio Caló de s’Oli. También viajó a la galería Malvin de Madrid en enero, con motivo de la Feria Internacional de Turismo (FITUR). La exposición la organizan el autor y Can Jordi, en colaboración con el Ayuntamiento de Sant Josep y este portal municipal de promoción de conciertos.

Joan F. Ribas es un fotógrafo vocacional y autodidacta, que después de décadas de captar paisajes y retratos dio un giro radical a su estilo para centrarse en el poder evocador de la música en vivo. Ocurrió a partir de 2014 en la Station y desde entonces ha reunido una colección impresionante de imágenes de conciertos, con una característica común: capturan la magia del directo y, muchas de ellas, provocan cierta “sinestesia” en el observador, fenómeno que ha inspirado esta exposición individual.

En psicología, el término sinestesia alude a la acumulación de diferentes tipos de sensaciones ante una misma percepción. Significa que aquello que las personas sinestésicas captan a través de un sentido acaba produciendo efecto sobre los otros. Hay quién experimenta, por ejemplo, un sabor dulce cuando acaricia una superficie suave con la punta de los dedos o personas que asocian colores al escuchar determinados tonos musicales o incluso números. En el mundo del arte, sin embargo, la sinestesia asocia los estímulos que captamos a través de los sentidos con las sensaciones internas que estos nos provocan; es decir, emociones y sentimientos.

La obra de Joan, de esta forma, busca congelar esos momentos únicos que transmiten la intensidad y emoción de los conciertos, y que a veces hasta incluyen una vibración superlativa que las sitúa en la frontera del sonido. La exposición de Can Jordi, que reúne casi la mitad de la muestra original, se centra en los artistas ibicencos y muy especialmente los que suelen actuar allí mismo. Además, mediante cartelas, incorpora la impresión y sensaciones que estas fotografías producen en sus protagonistas, cuando se ven congelados en mitad de una actuación memorable.

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